El amor es lo menos romántico del mundo

¿Por qué duele tanto el amor? ¿Dónde quedaron las flores, las risas y las fotos enmarcadas en corazones? ¿Dónde quedaron las escenas de inmensa felicidad en que el chico guapo se pierde en la mirada de la protagonista? ¿Por qué cuando nos enamoramos no vivimos una historia romántica sin fin? Tal vez, porque eso no es el amor, sino el romanticismo. Una máscara hermosa pero hueca. El amor, en cambio, es profundo y misterioso.

¿Alguna vez has amado? Piénsalo bien. A veces necesitamos toda una vida de experiencias con una persona para entender que eso que sentimos se llama amor. Y puede llegar a ser tan fuerte el descubrimiento que, si bien lo reconocemos, somos incapaces de nombrarlo en voz alta. ¿Por qué? Porque el amor da miedo.

Si todo se tratara de cambiar para ser amados por otra persona y entonces ser felices, sería muy simple. Demasiado. Lo realmente difícil es que debemos aprender a amar a alguien con todo y sus defectos, y aceptar que nos amen con todo y los nuestros. Y ahí viene el terror: para que nos amen enteramente debemos mostrarnos tal cual somos ante esa persona. Pero podemos asustarla y arriesgarnos a que nunca vuelva.

Es más fácil crear una máscara de gente guapa y poderosa, confiada, elegante. Es más fácil ser un chico seductor que con una buena combinación de sorpresas (flores, comidas, viajes, paseos) encante a cualquier chica. Es más fácil ser la chica rebelde y libre que puede poner nervioso a cualquier hombre y conseguir ser consentida por unos días sin comprometerse a nada.

Es fácil, es divertido, incluso es romántico; pero no es amor.

Hablar del amor es difícil, porque nadie sabe qué es. Preguntar qué es el amor equivale a preguntar qué es la vida. Aunque nunca encontraremos la respuesta única y certera, necesitamos seguir preguntando, porque aprendemos más durante la búsqueda que en el hallazgo.

¿Por qué otra historia de amor, habiendo tantas? Porque seguimos sin entender, porque seguimos en la búsqueda y una historia puede ser un espacio perfecto para la observación de nuestros propios sentimientos reflejados en los de aquellos personajes con los que tan fuertemente nos identificamos.

El amor es el tema más discutido y menos comprendido; del que más escribimos y leemos, pero menos podemos definir. El amor está lleno de ironías, de bellezas y de miedos. Hay quienes buscan toda una vida, sacrificando cuerpo y alma, sin encontrar nada más que las sombras: los celos, la traición, el enamoramiento, la locura, la obsesión... Ilusiones vagas. Y hay quienes sin buscarlo, se lo encuentran de frente sin poder huir.

El amor es lo menos romántico del mundo, porque detrás de la máscara del romanticismo, se encuentra el verdadero amor, ese que da miedo, ese que se nos escapa, ese que nos hace sufrir, ese que no podemos nombrar, ese profundo misterio que, aunque nos tiene presos, nos da ilusiones de libertad.