Se considera a veces que una tragedia es una forma elevada de arte y que un melodrama de amor es más bien para vender. Sin embargo, ha habido melodramas con calidad artÃstica indiscutible, como "Orgullo y Prejuicio" de Jane Austen, "Casa de muñecas" de Henrik Ibsen o "La vida es sueño" de Pedro Calderón de la Barca.
A pesar de todo, las historias de amor tienen mala reputación. ¿Por qué? Si soy sincera, porque la mayorÃa se hacen al por mayor con el principal objetivo de vender mucho. Y entonces resurge la contradicción. Si suelen ser malas historias escritas al vapor, ¿por qué aseguran ventas?
Creo que es debido a que son emociones intensas, profundas. Por poco que te conmueva una historia, ese poco es suficiente para que busques la siguiente con afán.
AsÃ, creo que un buen escritor debe lograr al menos una buena historia en cada uno de estos temas centrales: el amor, la risa y el miedo. Sin esto, ninguna de sus historias, por interesantes que sean, lograrán aunque sea un mÃnimo de conexión con el alma de los espectadores.
Porque ¿qué es una aventura sin miedo? ¿Qué héroe prueba su valor sin temerle a algo? ¿Quién lucharÃa la guerra de otro si no es por amor a alguien? ¿Y qué es la amistad sin risas? O mejor dicho: ¿Qué es la vida sin amigos que nos hagan reÃr?
Estas emociones son tan fuertes y tan profundas, que llegan a avergonzarnos. La mayorÃa oculta sus lágrimas al final de un buen melodrama, torna en risa su grito y en superioridad la simple risa cuando ha sido atrapado infraganti.
Quizá sea por eso que hay tan pocos estudios serios al respecto. Los artistas, sin embargo, seguimos buscando la veta, la forma y el camino para tratar estos complejos temas. Quizá por eso seguirá siendo el Arte mismo quien dé las pautas para entender la complejidad de estos abismos. Asà como las antiguas tragedias griegas dieron a Freud las respuestas que buscaba expresadas de forma sensible, asà mismo el simple artista podrÃa entender y plasmar mucho más con su inteligencia única y multidireccional.