La noche es misterio y peligro,
la mente divaga en el borde,
las sombras acechan al niño
que duerme en el pecho del hombre.
Soñamos tesoros y amores
dejando el cuerpo a merced
de espÃritus bajos, ladrones
que sacian de sangre su sed.
Escépticos, tengan cuidado;
no olviden sus sueños pues son
posibles recuerdos opacos,
de nuestro morir la razón.